AUKUS: el acuerdo que hizo estallar el conflicto
En el marco de la Asamblea General de la ONU, estalló el conflicto entre Paris y Washington por el nuevo acuerdo de defensa entre UK, Australia y EEUU.
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Espero que estés muy bien. A mi se me terminaron las vacaciones y hay que volver a la vida real, la política internacional no me dió tregua, pero el plano nacional tampoco. 1 semana en Argentina equivalen a 1 año en cualquier país.
Pasaron muchas cosas esta última semana pero lo más destacado fue la reunión diplomática más grande e importante del año: el 76º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
-Te aviso de entrada que esta edición es un poco extensa porque necesitamos contexto y mucha data, por eso cuento con la colaboración de Tamara Rozenzon, estudiante de relaciones internacionales, quien me ayudó a seguir de cerca todo lo que sucedía en NY-.
Debido a la pandemia se desarrolló en formato híbrido. Es decir, algunos países mandaron a sus representantes a sesionar de forma presencial y otros lo hicieron desde sus países en formato virtual, como nuestro presidente Alberto Fernandez.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, encabezó el acto inaugural. Sus palabras fueron realistas: el mundo no está ni cerca de estar en su mejor momento. La pandemia, el cambio climático y los conflictos geopolíticos fueron los principales puntos que el diplomático resaltó. De todas maneras, expresó frases optimistas acerca de que “no todo está perdido” y que “hay un camino de recuperación” para superar la crisis que nuestro mundo vive. Guterres mantiene la esperanza y apuesta a una salida que implique reforzar las instituciones multilaterales. Todo un soñador Antonio.
Si hablamos de sueño hablamos del fin de la pandemia. Y de eso se habló.
De forma virtual, Xi Jinping mencionó que se esforzará por donar 100 mil millones de vacunas a los países que más la necesiten. Además, afirmó que China continuará apoyando y participando en el rastreo de los orígenes basado en la ciencia global y se opondrá firmemente a las “maniobras políticas” en cualquier forma.
Biden, en su tan esperado debut en la ONU, mencionó el continuo desempeño del plan COVAX que Estados Unidos lleva a cabo para repartir vacunas en donde más escasean. “Este multilateralismo debe ser inclusivo y no ser olvidado con el paso del tiempo. Los diplomáticos deben llevar y reforzar en sus países la idea de que la pandemia llega a su fin cuando en cada país del mundo el Covid-19 sea asunto del pasado”.
Los representantes de países como Finlandia, Croacia y Chile se pronunciaron con respecto a la causa afgana -tema de agenda-, pidiendo que se respete los derechos de las mujeres y niñas en el país y de la población en general. El único país que planteó una acción concreta frente a lo sucedido es Turkmenistán, el cual continuará brindando su apoyo económico a Afganistán.
Esta semana hubo manifestaciones de grupos que piden al gobierno estadounidense que libere las reservas afganas de los bancos de NY para poder autofinanciarse, un problema el cual te conté en esta edición.
En este mundo caótico es imposible no tocar temas de seguridad. Con respecto a la salida de EEUU de Afganistán y la violencia desatada a causa de la toma de poder por parte del talibán, sumado a la lucha por la hegemonía con su principal rival asiatico, Biden aclaró en su discurso que no se avecina una guerra fría así que podemos permanecer tranquilos un tiempito más. En reiterados discursos se habló sobre la lucha contra el terrorismo pero hasta el momento, poco y nada se discutió acerca de las nuevas guerras del siglo XXl en lo que respecta a la frágil y constante atacada ciberseguridad de los Estados.
Pero mientras Biden nos decía que nos quedemos piola, se pudrió todo.
El sorpresivo anuncio conjunto de la semana pasada entre Joe Biden, el primer ministro británico Boris Johnson y el primer ministro australiano Scott Morrison de un nuevo pacto militar y tecnológico entre sus tres países, el AUKUS, que cayó como una bomba en capitales de todo el mundo.
¿De qué se trata este pacto y por qué nos importa?
Si no es la primera vez que estas leyéndome, ya sabrás que vengo insistiendo con que miremos la región del Indo-Pacífico y del Mar Sur de China con especial atención, porque TODAS las piezas del tablero geopolítico se están moviendo ahí.
La génesis del acuerdo fue el requisito de Australia de un submarino que pueda manejar el creciente alcance y tamaño de la Armada china a través del Mar de China Meridional hasta el Mar del Coral y otras aguas frente a Australia. El problema de Canberra era que un diseño francés para un nuevo submarino de la Marina Real Australiana habría tenido dificultades para cumplir con este requisito, la adquisición no avanzaba sin problemas y, al mismo tiempo, la amenaza estaba creciendo rápidamente.
La solución fue audaz. Los Estados Unidos y Gran Bretaña compartirán su tecnología de propulsión nuclear con Australia para garantizar que su armada tenga la capacidad de apuntalar la disuasión en su parte del cada vez más disputado Indopacífico.
La recompensa geopolítica es grande para Biden en el Indopacífico, donde necesitaba impulso después de la problemática retirada de Afganistán.
Japón, India, Vietnam y otros estados marítimos de la región están satisfechos con el desarrollo y han expresado su apoyo a AUKUS, ya sea pública o privadamente. Para Johnson, el pacto completa la inclinación posterior al Brexit de "Gran Bretaña Global" hacia el Indopacífico y pone fin a la ingenua "era dorada" de la cercanía chino-británica iniciada por el primer ministro David Cameron.
AUKUS mejora aún más la posición geopolítica de los tres países con una mayor cooperación en áreas como la seguridad de la cadena de suministro y el desarrollo de ciber capacidades avanzadas para combatir el avance del gigante asiático.
La decisión de Canberra podría ser vista como un resurgimiento de una alianza entre las potencias marítimas tradicionales de los Estados Unidos, Australia y el Reino Unido, en un regreso nostálgico al pasado. Sin embargo, las cosas han cambiado. El fracaso afgano ha demostrado los límites del compromiso de Estados Unidos y su eficacia, a pesar de los considerables recursos.
Londres, por su parte, está tratando desesperadamente de encontrar un nuevo lugar en la escena internacional después del Brexit confiando en el concepto de "Gran Bretaña Global". Pero uno puede preguntarse sobre la realidad de las capacidades británicas para proyectar fuerzas y capacidades en el Indopacífico mientras el país se enfrenta a costos económicos y tensiones posteriores al Brexit en su propio territorio. Y contrariamente a lo que Joe Biden pueda pensar, hoy el Reino Unido ya no es Europa.
En comparación, Francia tiene activos políticos y militares permanentes en el Océano Índico y el Pacífico Sur. En los últimos años, el nivel de actividad de su armada ha sido importante, complementado con despliegues navales regulares, incluido el Charles de Gaulle -el primer y único buque de la armada francesa de propulsión nuclear-, y la organización de ejercicios con las armadas de Quad, esa organización de la cual te vengo hablando hace tiempo, una suerte de Avengers para combatir al gran Thanos. Estas capacidades marítimas están lejos de ser insignificantes en una región marcada por tensiones sobre las fronteras marítimas, piratería, pesca ilegal y frecuentes desastres naturales.
Se re picó todo con Macron y Europa salió en su defensa
En la reunión de la ONU estalló todo, incluso públicamente y los ñoños de las RRII como yo estábamos mirando todo cual estreno de nuevo capítulo de Game of Thrones, con pochoclos y todo.
El domingo, Jean-Yves Le Drian, el ministro de relaciones exteriores francés, denunció una decisión que calificó de "brutal" y una "ruptura de la confianza entre aliados". Esto se asemeja a los "reflejos de una época que esperábamos que se acabara", sentenció, en una nueva y clara alusión a la era Trump. Dijo el jueves pasado: "construimos una relación de confianza con Australia, y esta confianza fue traicionada, esto no se hace entre aliados”. De Biden, dijo que la "decisión brutal, unilateral e impredecible" del presidente fue un recordatorio de algo que su predecesor "solía hacer".
Y en cuestión de horas, los diplomáticos franceses cancelaron una reunión con el ministro de defensa britanico y una gala en Washington que había sido planeada para conmemorar el 240 aniversario de la Batalla de los Cabos, en la que los franceses estuvieron al lado de Estados Unidos en su lucha por la independencia.
¿Por qué tanto alboroto? Porque París está perdiendo 40 mil millones de dólares en este acuerdo, una suma para nada despreciable considerando el momento de crisis generalizada que se vive en la UE en estos tiempos. (Leíste bien la cifra no? Algo así como nuestra deuda externa, en solo un acuerdo bilateral)
Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete han expresado su “solidaridad" con Francia, en palabras del alto representante Josep Borrell, quien también pidió "una mayor cooperación con la Unión Europea en el Indo-Pacífico" (lo cual significa, muchísimo dinero que todavía no saben cómo costear, pero eso lo dejamos para edición)
Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, en una entrevista para CNN también se pronunció contra la forma "inaceptable" en que se había tratado a París.
Por su parte, el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, denunció una "falta de lealtad" por parte de Estados Unidos y pidió que se refuerce la "capacidad de acción" de la UE en la escena internacional.
Básicamente Biden recibió cachetadas diplomáticas durante una semana.
Estados Unidos respondió a esta oleada de solidaridad europea con Francia con un gesto de conciliación. Joe Biden prometió reabrir las fronteras estadounidenses, cerradas a los europeos desde hace más de un año a causa del Covid-19.
Para que no escale el conflicto diplomático entre Washington y París, ya se pactó una reunión bilateral entre Macron y Biden para octubre, destinada a “establecer las condiciones para garantizar la confianza y proponer medidas concretas para alcanzar objetivos comunes”.
Es que, seamos honestos, Estados Unidos sale de un conflicto y se mete en otro, lo último que necesita cuando Merkel está abriendo la puerta para irse este domingo, es que un aliado tan importante como Francia se le ponga en contra también. Tal fue la escalada del conflicto que terminó impactando en la votación en la Cámara de Representantes sobre si continuar con el financiamiento ($1 billon de dolares) del sistema de seguridad “Iron Dome” de Israel o no, donde por pedido explícito del presidente algunos demócratas terminaron cambiando sus votos para que todo se mantenga intacto y no iniciar otro conflicto diplomático más con un aliado estratégico como Israel.
¿Qué representa AUKUS para Australia?
Una especie de punto final lógico para la experiencia reciente de Australia en el extremo puntiagudo de la coerción china. También es la culminación de una construcción asidua e implacable de una narrativa de 'amenaza de China' por parte de elementos del gobierno de Morrison, una narrativa que ha echado raíces profundas en la opinión pública y de élite australiana.
La encuesta del Lowy Institute para 2021 encontró que el 63% de los australianos ven a China como una amenaza para la seguridad, un aumento del 22% con respecto al año anterior. El rápido deterioro de las relaciones con Pekín solo ha intensificado los llamamientos para que Canberra haga más para profundizar aún más su alianza con Estados Unidos. En ese sentido, China es claramente el objetivo de AUKUS.
Además, el gobierno de Scott Morrison puede afirmar que con AUKUS se despliega todo el tapiz de la política estratégica australiana. Veámoslos por partes.
Primero, el Acuerdo de Acceso Recíproco con Japón firmado en noviembre de 2020, el cual implica desde ejercicios conjuntos de entrenamiento militar hasta desastres naturales y apoyo humanitario, la RAA (sus siglas en inglés) establece arreglos simplificados para apoyar el despliegue de las fuerzas de defensa más rápidamente y con menos administración.
“Los ejércitos australiano y japonés han aumentado en los últimos años las actividades de cooperación y ejercicio. Estos han mejorado nuestra capacidad para trabajar juntos hacia nuestros objetivos de seguridad comunes en la región del Indo Pacífico y nuestra interoperabilidad militar. En principio, el acuerdo sobre el RAA solo hará que crezca” decía el PM australiano en la declaración.
Por otro lado, mayor cooperación de defensa con la India, en un "acuerdo relativo al apoyo logístico mutuo", que exige el acceso recíproco a las bases militares respectivas de cada nación, que se selló durante una cumbre remota entre el primer ministro indio Narendra Modi y su homólogo australiano, Scott Morrison en junio de 2020, que se ve, simbolizada por la participación en los ejercicios navales anuales de Malabar, una región clave.
Y por último la reunión de líderes del QUAD, que se está llevando a cabo en la Casa Blanca mientras lees esto, que tanto las administraciones de Trump como ahora la de Biden han llevado a la vanguardia de la política de EEUU en Asia; y ahora este acuerdo para tres de los socios más antiguos de la Segunda Guerra Mundial.
Para resumir, el diálogo entre China y Australia está en mínimos históricos, sobre todo después de que Canberra impulsara una investigación internacional sobre el origen del Covid-19. Pekín reaccionó imponiendo aranceles a varias exportaciones australianas. Y el gobierno del conservador Scott Morrison respondió con el veto a dos proyectos vinculados a la nueva Ruta de la Seda y la revisión de la licitación por 99 años del puerto de Darwin a una empresa china, por considerar que podría afectar a la seguridad nacional, al albergar el puerto una importante base naval.
En la mayoría de los países del Sureste asiático sobrevuela la idea de que el AUKUS podría ayudar a disuadir una acción militar china y reducir las probabilidades de conflicto, pero también de que en caso de choque bélico, este sería mucho más devastador. Son conscientes de que existen suficientes puntos de fricción con China en la zona para que la chispa salte con cualquier roce, como las disputas marítimas y territoriales en el mar de China Meridional, Taiwán o los vínculos de Pekín con las comunidades de la diáspora china en el extranjero.
Es lógico pensar que aquellos países que se hallan en una zona de conflicto potencial, como el mar de China Meridional, aplaudan la iniciativa del AUKUS, ya que interpretan que frenará cualquier aventurismo militar chino y por tanto los conflictos.
Sin embargo, paises como Indonesia, Malasia e incluso Singapur recelan del AUKUS y lo han expresado con claridad. Temen que la adquisición de submarinos de propulsión nuclear por parte de Australia no sea más que un primer paso, al que siga la compra de armamento nuclear. Un horizonte que amenaza con convertir en estériles los esfuerzos que la Asociación de Naciones del Sureste Asiático desarrolla desde los años 90 por mantener la región como una zona de paz, libre de interferencias extranjeras y de armas nucleares.
Muchos de sus miembros interpretan que con su alianza estratégica, EEUU, Australia y Reino Unido identifican el mar de China Meridional como un lugar clave en su contienda con China, alentando la carrera armamentística en la zona, ya espoleada por el continuado aumento del gasto militar por parte de Pekín, y el peligro consiguiente de conflicto.
En otras palabras, el AUKUS es probable que coseche pocas simpatías. Hay poca afinidad con EEUU en la región y todo indica que la nueva alianza reforzará la idea de que su compromiso con el Indo-Pacífico se limita al ámbito de la seguridad, en detrimento de otros retos –como el Covid-19 o el cambio climático– que preocupan más en la región.
A esto se suma la distinta percepción que tienen los países del Sureste asiático y EEUU sobre qué amenaza supone China. En la región se teme un futuro hegemónico chino, pero el pulso entre “democracia o autoritarismo” que mantiene Washington con Pekín despierta muy poco entusiasmo. Una actitud que explica la indiferencia con que los países de la zona han acogido las acusaciones de “mentalidad de guerra fría” y de “percepción geopolítica de mente estrecha” vertidas por el gobierno chino contra la iniciativa estadounidense. Y es que en el Sureste asiático, hasta que no vean los submarinos nucleares no asumirán el AUKUS, y eso no sucederá hasta 2040 (por suerte).
Esto fue todo por hoy.
Para que veas este finde que hay elecciones en Alemania, te dejo este documental sobre la era Merkel que hizo la DW titulado: “Merkel, la canciller a prueba de crisis”. En mi opinión, excelente.
Si te copa algo distinto, este documental sobre cómo Afganistán terminó con la ocupación soviética me pareció sumamente interesante, sobre todo por la mirada humanitaria que le dan los narradores, no te lo podes perder.
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¡Nos leemos el viernes próximo!
Saludos,
Florencia.